lunes, 26 de septiembre de 2016

Belgrano en Coritiba


por dónde empezar? por la doble atajada de olave contra estudiantes. sin eso, no podríamos haber vivido este sueño. el fútbol es así. matar o morir.
pasamos. la tercera fue la vencida. hubiera sido difícil de soportar otra frustración. pero somos así. ya lo sabemos. casi que hasta lo disfrutamos.
a partir de ahí, empezar a ver cómo viajar. no es cualquier viaje. es el que esperaste por 41 años.

descartado el avión por el precio, se impone el colectivo. sabés que van a ser cuatro noches durmiendo arriba de un bondi. 80 horas por un sueño. vamos nomás.

con una compañera de fierro embarazada de casi ocho meses y un piratita de poco más de un año. ella sabe que vas a ir y no te la hace difícil. te banca. te apoya. te entiende. te conoce. sabe que esperaste este viaje desde que tenés conciencia futbolera. acomodás todo en el laburo y partís.

somos un par de amigos y varios pibes que ya conocés de otros viajes. la típica, las conservadoras con bebidas para 80 horas. casi nada. y todo el microclima que se genera en un colectivo lleno de hinchas. arranca tranqui, pero todo se va acelerando con el correr de las horas. 

en la aduana, un loco se desespera porque no dejan pasar a su hijo que perdió el dni y pretende pasar con una constancia. a nosotros nos demoran porque hay un canadiense con pasaporte italiano. si, leiste bien. un canadiense hincha de Belgrano.

seguimos viaje, y a medida que pasan las horas, el consumo de bebidas aumenta, al igual que la ansiedad. de pronto, te encontrás con todo un sector del pasaje que escucha atentamente al canadiense que les lee un cuento escrito por él mismo. que se cierra con un emotivo aplauso. ya perdiste la noción del tiempo y el espacio. 

todos cantan, todos toman, algunos bailan, casi todos saltan.
el coordinador pide calma. casi resignado. que tomen un poco menos, que por favor no fumen. nadie le hace caso y el pibe se resigna. igual, siempre con buena onda. 

y de golpe llegás a curitiba. y en unos cien metros están todos ahí. los 4000 hinchas. el estado de excitación es asombroso. 

compañeros de otros viajes, parejas que viajaron con un bebé de dos meses, lucio que vive en curitiba y le cayó este partido del cielo, al tibu maceira que hasta hace unos años lo veías adentro de una cancha como jugador y hoy lo ves saltar en la calle desaforado como hincha.
y te das cuenta que estás viviendo uno de los momentos más intensos de tu vida. pero lo mejor está por venir.

al partido ya lo vieron, no se los voy a contar. pero lo que se vivió desde la tribuna fue muy fuerte. por eso la repercusión después en los medios. incluso en los brasileros, que no lo podían creer. una fiesta como la que no viví nunca, ni siquiera aquella tarde en el monumental.

y después la locura a la salida. y las 40 horas de vuelta en el bondi. y otra vez la fiesta, el baile en los pasillos y los saltos que provocan que los choferes se quejen. a nadie le importa nada a esta altura.

y por momentos todo se tranquiliza, y surgen las anécdotas, las charlas futboleras, un disco de jimenez en vivo en catamarca que sonó como 17 horas seguidas. 

y de golpe llegás a córdoba, 80 horas después de haber salido. las sesenta personas del colectivo ya son casi como tu familia. 
y tu verdadera familia, que te ve llegar destruido a tu casa, pero que sabe y se da cuenta que acabás de vivir el mejor viaje de tu vida.


1 comentario:

Dalai Arias dijo...

Qué linda crónica. Mis hijos anduvieron por allá y cuentan anécdotas parecidas y distintas, pero con la misma pasión y esa sensación de que es de lo mejor que les ha pasado en la vida.