miércoles, 27 de mayo de 2020

La sangre de Cuellar

En varias ocasiones hemos visto esta foto de Tomás Cuellar, saliendo por la boca del túnel. Pero, ¿por qué tenía ese gran apósito en la nariz? Repasemos esa historia.



30/6/1968. Belgrano recibe a Las Palmas en Alberdi. En el transcurso del primer tiempo, un jugador rival, Orlando Chiatti, agrede con un codazo a Cuellar. El árbitro, Julio Mora, expulsa por error a Héctor Scurti.


Tras recibir ese golpe severo, Cuellar cae desvanecido al suelo. Los médicos ingresan con urgencia a asistirlo, retirándolo de la cancha con todo el rostro ensangrentado. Se enciende una luz de alarma entre los presentes.


Eran años sin celulares. No existía la inmediatez de las redes sociales ni los medios de comunicación que existen ahora. Solo un relator que anuncia por la radio: “Han retirado a Tomás Cuellar bañado en sangre, quien estaría sufriendo una conmoción cerebral”.


Tras escuchar la noticia por la radio, Tomás Cuellar padre –se llamaba igual que Tito –  sale de su casa desesperado rumbo a Arturo Orgaz al 500. Un manto de angustia e incertidumbre lo invade por lo que acaba de pasar a su hijo.


Al llegar al Gigante se produce el encuentro entre ambos. Los dos Tomás Cuellar –padre e hijo- se funden en un abrazo emocionante en el vestuario celeste. El capitán ha sufrido una quebradura de tabique nasal, pero se encuentra consciente y estable. Lo peor ya pasó.


Lo que ningún espectador espera es lo que termina ocurriendo: Cuellar, con su temperamento inquebrantable, aparece de nuevo por la boca del túnel: con la nariz rota y parchada, dispuesto a jugar el segundo tiempo. Sale el Patrón a la cancha y explota otra vez el estadio de Alberdi.


La jornada  termina con Belgrano venciendo 3-0 a Las Palmas. “Y allí estuvo sin duda la demostración de que la ‘sangre’ de Cuellar es ´celeste´”, publica el La Voz del Interior, como se ve en el recorte aportado por Gustavo Farías.


Dos semanas después, una vez desinflamada su nariz y con el triunfo asegurado, el caudillo sería operado, dando fin a uno de los tantos capítulos que evidencian la pasión con la que vestía la camiseta de Belgrano.
324 batallas de corazón sin igual.

Inolvidable. Entrañable. Tomás Rodolfo “Tito” Cuellar. Símbolo histórico del Club Atlético Belgrano. Siempre estarás presente.

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