lunes, 5 de diciembre de 2011

monita

Tuve la suerte de trabajar con la Mona Cáceres y su hijo Leo en el club hace varias temporadas. Instalábamos los carteles de publicidad en la cancha. Un personaje muy querible, muy especial. Unos meses atrás, fui a Villa Esquiú a buscarlo al Tano Spallina, que no había llegado, y en la entrada del predio me recibió la Mona y me convidó mate y criollitos. No lo vi más. Me queda ese recuerdo.




Descansá en paz, Monita.


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