partido de ida

Siempre recordamos la final con Banfield, vemos las fotos del Chateau lleno, revivimos los cuatro goles y los festejos en el Gigante de esa noche interminable. Pero en realidad, personalmente, guardo un mayor recuerdo del partido de ida, al que tuve la oportunidad de ir, en la cancha del Taladro. Fue un partido jugado con los dientes apretados, bien cerrado, donde la rompió Víctor Heredia, un jugadorazo que clavó un gol desde afuera del área y fue la figura de la cancha.

Tenía un mal recuerdo de esa cancha, a la que había ido unos años atrás para otra final, la del '87, donde viví una de las tardes más duras de mi vida. Ahora era distinto, sabíamos que ese año no se nos podía escapar, y así salió Belgrano a jugar ese partido.

Esta es la foto del golazo de Víctor, desde más de 25 metros del arco, sacó un zapatazo que pegó en el travesaño y se metío al arco provocando una explosión en la popular donde estábamos más de cinco mil hinchas.

Hace poco lo encontré a Heredia en la calle y le pregunté si tenía grabado el gol y me dijo que no, que no lo había vuelto a ver. Ojalá que algún día lo encuentre.

Fue empate en un gol, pero lo más importante fue el convencimiento de que el ascenso estaba más cerca que nunca.

Si algún lector de este blog estuvo en Banfiel esa tarde, hace ya 19 años, le pido que nos cuente sus sensaciones.