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Domingo al mediodía viajo a Santa Fe, pero esta vez, después de muchos años, voy con mi viejo. También con mis tíos y primos, somos varios. Hasta mi hermanito más chico viaja por primera vez. Pero remarco lo que me provoca volver a viajar con mi papá. La última vez fue hace 16 años. No quiso volver a seguir a Belgrano de visitante. Hasta hoy.
Cuando era chico, mi viejo y mis tíos me llevaban a todos lados a ver a Belgrano. En los Nacionales, íbamos a Rosario, a Buenos Aires. En la Liga, viajábamos a Río Cuarto, a Villa Dolores. Pero un día de octubre de 1984, me di cuenta de que estaban organizando un viaje al Imperio del Sur, y me evitaban. Me la veía venir. Hasta que me agarra mi viejo y me explica que este partido era peligroso, la rivalidad con Estudiantes era muy fuerte. A mis 9 años era difícil de entender que no me quisieran llevar. Quedé en casa con una bronca bárbara. Por radio me enteré de los disturbios y la suspensión. Del simpatizante herido por una bala. Los nervios por enterarte que tus familiares están bien. Hasta que ese domingo a la noche, más bien tarde, aparece mi viejo por casa y nos cuenta que estuvo en medio del lío. Te imáginás que sí, que lo vivió bien de cerca. Todavía no dimensionás qué tan cerca. Hasta que al otro día vimos el diario.
Mi viejo es el de anteojos que está justo abajo del que tiene la pistola de la que salió el tiro que dejó un herido de bala. Salió su imagen en la tapa de La Voz, de la revista El Gráfico (primera imágen de arriba), incluso en la revista Somos, que ni siquiera era de deportes.
Lo más gracioso fue lo que le pasó a mi abuela. Vivía al frente de La Voz del Interior, y como mi tío trabajaba en el diario, ella retiraba todos los días un ejemplar a la mañana. Ese día, sin saber siquiera que mi viejo había estado en la cancha, llegó a la recepción del diario, y la persona que se lo entregaba le dice: "señora, su hijo más grande está en la tapa", mi abuela pensó que había recibido un premio por lo que se llenó de orgullo. Hasta que vio la imagen de arriba, con el título "el rostro de la violencia" y pensó que la pistola estaba en la mano de mi viejo. Tuvo un ataque de nervios ahí mismo, por lo que casi tuvo que ser asistida.
Toda esta anécdota para contar mi felicidad por viajar mañana nuevamente con la persona que me hizo hincha de Belgrano, que me contagió esta locura, por la que le voy a estar agradecido siempre.
7 comentarios:
grandísimo post
enorme.
Y le agrego un comentario familiar...dicho por mi tio diego (huguito) que fue a ese partido...a la salida todo el mundo comentaba el incidente y el "dolca" dice "pero si yo estaba al lado del tipo y todo" y por supuesto nadie le creyo en ese momento hasta que salio la foto...inclusive creo que una hermana del dolca que vivia en españa por la revista somos vio la foto y llamo y todo...saludos de Martinez...
Juancito, creo que este post amerita colgarlo en Facebook. Será "um sucesso".
Ale R.
Impresionante. Cuánta envidia de tener al viejo y compartir tanto. Que cada instante dure para siempre. Como esta anécdota. Abrazo.
Lamentablemente este viaje a Santa Fe terminó en bardo, una cagada, los argentinos no aprendemos más...
El fútbol es hermoso, pero lo estamos matando.
Basta de violencia, loco, a todo el mundo se lo digo. Y lo peor es que muchas veces cuando decís esto viene un pendejo boludo y te dice "vos decís eso porque no te la bancas", y claro que me la banco. Mano a mano nos cagamos a trompadas tranquilamente con cualquiera, de que mi sentimiento de hincha o lo que sea no merece llevarse la vida de una persona.
Impresionante post! Sldos!
chulo
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