Juan Sachetto, su tatuaje y su texto conmovedor
Una vez, creo que allá por el 2005, en los días
previos a nuestro inolvidable centenario, lo escuché al Turco Whebe referirse a
Belgrano de una manera que me dejó embobado. El tipo, con la misma voz con la
que se hartó de gritar hazañas piratas, dijo algo así como:
Ahí está Belgrano. Siendo una barricada permanente, con el
mismo sonido de toda la vida… el de los bombos que retumban en las paredes del
barrio. El que servía de música a los reclamos populares. Y de última… Belgrano
ha sido siempre un reclamo popular.
Una bandera de lucha… una rebelde forma de mojarle la oreja a los poderosos.
Una bandera de lucha… una rebelde forma de mojarle la oreja a los poderosos.
Fa. Sacala.
Ahí está Belgrano. Y ahí va a estar toda la vida, mirando al
mundo desde el populoso Barrio Alberdi. Y agarrate hermano, porque desde
Alberdi el mundo se ve distinto.
Que cómo se ve? Se ve nada más y nada menos que con la
verdad.
Belgrano es Alberdi y Alberdi es, como dice la pintada en un
pasaje muy cercano al Hospital de Clínicas, el primer territorio
libre de América. Pedazo de título, el que la historia nos supo dar. Sí
señor, pedazo de chapa la de nuestro barrio, incuestionablemente ganada en las
callecitas por donde rodaban miles y miles de bolitas de rulemanes, para hacer
caer ingeniosamente a los caballos de la policía mientras el grito del
pueblo, digno, estudiantil y obrero, se hacía escuchar, avanzando con un “Paso,
paso, paso, se viene el Cordobazo”.
“La capital nacional de la barricada”, de prepo y de yapa,
deberían nombrar al Barrio Alberdi de la Ciudad de Córdoba en el Congreso de la
Nación. O ¨Banda de sonido oficial de los reclamos populares¨, a la inigualable
hinchada de Belgrano.
Una vez un viejo sabio, de barba blanca y traje tanguero, dijo
que estás en libertad, y siempre en libertad, únicamente cuando creés en tu
canción.
Y yo, tanto como a ese viejo cuando lo escucho, le creo al
pirata que tengo al lado en la popular cuando deja la garganta en un “yo
siempre te voy a alentaaaaar, te lo juro por Dios”. Más vale que te creo,
hermano. No hace falta que me lo jures, ni por el Diego ni por nadie.
Cómo no te voy a creer si la estrofa te sale del alma y se te nota en el brillo
de los ojos. Tu verdad, que también es mi verdad y la de 20.000 tipos por
sábado, se siente en tu puño cerrado que apunta al campo de juego, para
que los jugadores entiendan que la promesa va muy en serio, dándole tonada
cordobesa, color celeste y sentido humano a la palabra ¨incondicional¨.
Yo te creo porque el grito en Alberdi es un grito lleno de
ilusión, de fantasía, pero también de realidad. Es un grito libre de soberbia
injustificada, libre de engaño a uno mismo. El grito de Belgrano es un grito
libre, carajo.
Tan libre como el laburante que con un hachazo (y un parche)
en su ojo, pero con una flor en su ojal, le muestra al poderoso que se puede
ser feliz, inmensamente feliz, con sólo asumirse y valorarse. Porque nosotros
sabemos lo que somos. Y saben qué? nos encanta lo que somos. Ni más ni
menos. Por eso no nos hace falta mentirnos, porque somos libres.
Y porque deliramos, sufrimos, nos abrazamos y lloramos,
desde siempre, en el barrio donde sopla el viento de la libertad, yo le creo a
cualquier grito que se escuche en Alberdi. Le creo a Belgrano. Le creo a la
hinchada y le creo a mi canción. La que me cantó mi viejo cuando yo no sabía ni
hablar y la que le canto todos los días a mi hija, que ya sabe decir “mamá”,
“papá” y “Belgrano”.
Yo le creo a esa canción que se me aparece cualquier día de
la semana, a las 3 de la mañana, en medio de un sueño y me hace pedirle a
Belgrano que el sábado, o cuando mierda juegue, no me sea indiferente. Que
ponga huevo y vaya al frente, porque siempre, pero siempre y a pesar de todo,
va a tener el aliento de su gente.
Cuando voy a Alberdi, siempre temprano para que la cancha
dure más, me siento en algún escalón, levanto la cabeza y le creo a las
tribunas. Escucho a algún amigo decir que “ya sé que regalamos una ronda, pero
si hoy ganamos nos prendemos”, y saben qué? Le creo.
Entonces el alambrado se empieza a llenar de trapos
celestes, con frases a las que les creo una y mil veces. Loca pasión, sos vos
Belgrano. Sos la locura que no tiene cura. Sos el rocanrol de Muller y del
país.
Yo no tengo dudas. Desde que razono, tengo acá en el pecho
la convicción y la certeza de que Alberdi es el primer territorio libre de
América y Belgrano es la verdad que nos une, para darle fuerzas a nuestro
corazón. Ahí adonde la mentira no tiene lugar, adonde el chamuyo no entra.
Por eso hermano, creeme vos a mí: mucho antes de lo que
muchos se imaginan, se nos va a dar y vamos a volver a mojarle la oreja a los
poderosos. Vos por lo pronto no te borrés, que te necesitamos. Porque a
la bandera de la lucha la tenemos que seguir levantando entre todos.
Publicado originalmente en Escritos al primer amor: Belgrano, Alberdi y su gente.
Publicado originalmente en Escritos al primer amor: Belgrano, Alberdi y su gente.
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1 comentario:
Muy bueno Juancito. Abrazo grande. Kunta
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