lunes, 30 de mayo de 2016

La cábala de los Cuellar

“Él rezaba una oración antes de entrar al campo de juego. Pero nunca me dijo cuál era”.

Por Pablo Iván

Se suele decir, con buen tino, que detrás de todo gran hombre hay una gran mujer. Aunque lo más acertado es decir “al lado” y no “detrás”.

Tuve la suerte de conocer hace unos meses a Susana, la esposa de Tomás Rodolfo Cuellar. Junto a su hija menor, Soledad, pasamos una tarde de mates hablando sobre “Tito”.

Cuellar, un apasionado del fútbol y del Celeste, no permitía que su familia fuera al estadio a verlo jugar; siempre prefirió mantener a los suyos fuera del ambiente. Sin embargo, su forma de vivir fue suficiente para contagiarles una enorme pasión por la “B”.

Los futboleros, además de goles, triunfos y derrotas, alimentamos nuestros mitos y hazañas mediante cábalas. Cientos y miles que funcionan o fracasan en simultáneo, mientras compiten los colores que tanto amamos.

Los Cuellar tuvieron una muy efectiva: cuando Tito dirigía al equipo que se consagró campeón del Regional de 1986, se aferraron a ella con la ilusión de alcanzar el título. Una cábala gastronómica, en este caso, que se repitió durante los 40 partidos en que el Pirata se mantuvo invicto con Cuellar como DT.

“Cuando tocara, de día o de noche, a la hora del partido, con la radio puesta, se comía costeletas con papas fritas en el patio, porque nos traía buenos resultados. Llegó el invierno, las lluvias, y nosotros seguíamos comiendo afuera, debajo del toldo. Cuarenta domingos seguidos comimos lo mismo.”

Tras escuchar el entrañable testimonio, sumido en nostalgia y emoción, se me ocurrió al instante comentar entre risas: - Menos mal que tocó un menú sabroso en la suerte, y no mondongo...

¿Sabés las veces que me fui caminando, de promesa, para que Belgrano ganara? ¡Hasta subí de rodillas las escaleras de la Iglesia Santo Domingo, hasta la cofradía de la Virgen de los milagros! Las cosas que he hecho por Belgrano… Ni yo ni mis hijos aparecíamos por la cancha, porque mi marido no quería… pero hacíamos todo por Belgrano”.

HACÍAMOS TODO POR BELGRANO. 
Qué hermosa frase con que Susana termina de contar esta historia.



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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Grande Tito!!! De corazon celeste por siempre

Dalai Arias dijo...

Aplausos: por el Tito, su familia y por la linda nota del blog